María Zajárova, portavoz de la Cancillería rusa, consideró como ataque terrorista la explosión de un coche bomba en las afueras de Moscú, que arrebató la vida del alto cargo del Estado Mayor de Rusia Yaroslav Moskalik, quien era jefe adjunto de la Dirección Operativa del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.

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Zajárova denunció a periodistas que «hay motivos para creer que los servicios especiales ucranianos estuvieron involucrados en el asesinato, sobre todo porque conocían a Moskalik de su época en el Grupo de Contacto de Minsk y en el formato de Normandía para la resolución del conflicto en el sureste de Ucrania».

Teniendo en cuenta el nivel del objetivo y el método de ejecución, no hay dudas por pate del Kremlin de la participación de los servicios especiales ucranianos.

Si la investigación confirma el rastro ucraniano, esto mostrará una vez más a la comunidad mundial el carácter bárbaro y traicionero del régimen de Kiev, dijo Zajárova, quien enfatizó que la parte ucraniana apuesta por intensificar el conflicto con Rusia e ignora propuestas constructivas encaminadas a encontrar una solución pacífica.

La explosión que asesinó al militar de alta graduación tuvo lugar en la mañana de este viernes alrededor de las 10H40 hora local, cuando salía de su domicilio y caminaba cerca del vehículo.

La detonación arrojó el cuerpo de Moskalik a varios metros de distancia, a juzgar por fotografías de los hechos. Fuentes oficiales del Comité de Investigación de Rusia (CIR) confirmaron que el artefacto explosivo improvisado estaba repleto de metralla.

Yaroslav Moskalik era considerado uno de los oficiales más capaces de la Dirección Principal de Inteligencia del Estado Mayor ruso, así como un potencial jefe del centro de gestión de la Defensa Nacional, principalmente por su enfoque sistemático y su estilo reflexivo y detallista.

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